“Partidas secretas”, propias de la corrupción: Diputado Édgar Barraza

Las “partidas secretas”, que con José López Portillo sumaron 56 millones de dólares, son propias de la corrupción, y la reforma constitucional que propone eliminarlas asegura mayores niveles de transparencia y fiscalización en el gasto público, afirmó el diputado Édgar Barraza Castillo.
Al hacer uso de la palabra, durante la discusión de la minuta que corresponde al proyecto de Decreto que reforma el artículo 74 de la Constitución Política de México, resaltó que ésta busca precisamente prohibir esas “partidas secretas”.
Esta reforma, puntualizó, es para dejar atrás la posibilidad constitucional de que haya “partidas secretas”, así como para contribuir a que se mantenga en la memoria política del país la existencia, durante muchos años, de esa clase de gastos, propios de la corrupción.
El diputado Édgar Barraza recordó que el concepto de las “partidas secretas” se aprobó sin discusión desde el 14 de enero de 1917 por el Congreso Constituyente y permanece vigente hasta esta reforma.
Expuso que el desprestigio de las “partidas secretas” fue tal que Álvaro Obregón afirmó en su informe de 1921, ante el Congreso, que la “partida secreta” de la Secretaría de Relaciones Exteriores no había sido tocada
“La ´partida secreta’ dejó de aparecer en el presupuesto de 1922, pero se encontraban autorizados gastos “extraordinarios e imprevistos” que realizaban una función semejante mediante las llamadas ‘partidas globales’ de ejercicio discrecional”, observó.
Sin embargo, aclaró que en 1927 las “partidas secretas” volvieron al presupuesto con el nombre de “gastos eventuales y extraordinarios”.
A partir del sexenio de Miguel de la Madrid, dijo, existió todo un ramo de “erogaciones adicionales”, el cual alcanzó hacia 1952 el 6.5 por ciento del gasto total; en 1958, bajo Adolfo Ruiz Cortines, ese porcentaje se ubicó en el 12.5; para 1964, último año de Adolfo López Mateos, tales erogaciones eran el 16 por ciento del gasto gubernamental.
“Bajo Gustavo Díaz Ordaz ese porcentaje se mantuvo, y con Luis Echeverría subió hasta el 24.36 por ciento del total del gasto. Con José López Portillo, en 1982, en plena crisis, dentro de las “erogaciones extraordinarias”, los ‘gastos contingentes’ eran ejercidos directamente por el presidente de la República. La ‘partida secreta’ llegó ese año a 56 millones de dólares”.
La persistente denuncia de la “partida secreta” simbólica de los gastos discrecionales, agregó, llevó a su cancelación en el presupuesto de 1998, aprobado en diciembre de 1997, luego de que el PRI perdió la mayoría en la Cámara Federal de Diputados, aunque ciertamente su disponibilidad continúo vigente.
Por todo lo anterior, sustentó, hoy se propuso la reforma al artículo 74 de la Constitución Política de México en materia de “partida secreta”.