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La autocrítica despiadada perturba la estabilidad emocional: Caliope E. Frikas

  • Congreso del Estado de Sinaloa
  • Diciembre 8, 2020

La autocrítica de los defectos y errores es un tipo de violencia interna, y es la peor que hay, porque enciende la pólvora que hará explotar una serie de sentimientos negativos y obsesivos que perturban la estabilidad y provocan malestar y sufrimiento y puede llevar al suicidio.
Ello lo expresó la coach neuroemocional Caliope Estebanobea Frikas Astts al ofrecer la videoconferencia “No hay Peor Violencia que la Violencia Interior”, que organizaron el Congreso del Estado y la Universidad Autónoma de Occidente dentro del marco de los 16 días de activismo contra la Violencia de Genero.
La presentación de la ponente la hizo la directora del Instituto de Investigaciones Parlamentarias del Congreso, Sonia Escalante López, quien señaló que Caliope Estebanobea tiene estudios profesionales como coach de equipos de alto rendimiento, es instructora de yoga para niños y consultora laboral.
Al inicio de su conferencia, la ponente dijo que anualmente en todo el mundo se cometen de 10 a 20 millones de intentos de suicido.
Explicó que el suicido es una forma de la violencia que ejercen las personas contra sí mismas y que se conoce como autocrítica despiadada.
“La autocrítica desvaloriza a la persona y la coloca en un estado de tristeza que posteriormente puede convertirse en depresión”.
Ante esa situación, señaló que las personas deben aprender a quererse a sí mismas, a apreciarse, porque cuando hay aprecio no hay tristeza ni depresión.
Expuso que a través de la vida las personas van asumiendo una serie de normas, parámetros y valores que condicionan su mente al sufrimiento.
“Nuestros pensamientos negativos desencadenan emociones y condiciones de malestar y nos sometemos a un ciclo infinito de situaciones de sufrimiento; y nuestros pensamientos positivos desencadenan emociones y condiciones de bienestar que nos dan la oportunidad de experimentar un estado de felicidad”, dijo.
Invitó a las personas que ante los problemas no caigan en lo que se llama “cavilación mental” y que en sicología se le ubica como “rumiación”, que es darle vueltas y vueltas a algo, pero sin buscar soluciones porque no se busca hacer frente a lo que es.
En lugar de recurrir a la autocrítica, expuso, es mejor aprender a ser compasivo consigo mismo.
Para lograrlo, indicó, primero hay que practicar la bondad hacia uno mismo.
“Nos tenemos que sentir interconectados con todos y tenemos que desarrollar la atención plena a un momento presente para entender las cosas tal y como son. La compasión significa reconocer que el ser humano es imperfecto y frágil”.
La bondad, subrayó, no sólo es merecida por las víctimas inocentes, sino también por los que sufren y los que muestras sus debilidades personales o malas decisiones.
La compasión implica reconocer el sufrimiento de los demás, y también sentir bondad hacia los que sufren, y así surge el deseo de ayudar y de aliviar el sufrimiento.
Es decir, expuso, la autocompasión consiste en desear salud y bienestar a uno mismo, y conduce a un comportamiento proactivo en lugar de un comportamiento pasivo.
“La autocompasión proporciona paz, es un refugio de la autocrítica, genera felicidad. Es una poderosa herramienta para conseguir bienestar emocional y satisfacción personal”.
Al final de la conferencia, la ponente recibió un reconocimiento por parte del Congreso del Estado y la Universidad Autónoma de Occidente y se lo entregó la vicerrectora Académica de esta casa de estudios, Fridzia Izaguirre Díaz de León.